Algunas consideraciones sobre terapias naturales

Algunas consideraciones sobre terapias naturales

Últimamente se han impuesto en el mercado productos naturales y ecológicos. La razón es que   supuestamente son inocuos y sientan mejor a nuestro organismo que otros más “químicos”; pero hay una serie de aspectos en relación a estos productos que la mayoría de la población desconoce.

El primero de ello es que un producto natural sí puede producir problemas o daños a nuestro cuerpo.

Por ejemplo, el zumo de pomelo  por su composición es inductor enzimático, esto puede producir una interacción con gran cantidad de fármacos, lo que suele ser desconocido por el paciente.

Otro ejemplo es la vitamina K presente en gran cantidad de productos de herboristería y en hortalizas de hojas verdes como: col, espinacas, acelgas, perejil… La ingesta de  altas cantidades de vitamina K estaría contraindicada en pacientes que tomen medicamentos anticoagulantes.

En ocasiones el efecto terapéutico que nos interesa corresponde a un principio activo que se encuentra solo en una zona de la planta, por lo que a la hora de comprar productos naturales es importante conocer  qué parte de la planta estamos adquiriendo.

Por ejemplo, la valeriana es un producto que se utiliza por su efecto relajante. Pero la valeriana solo tiene efecto terapéutico cuando se consume el extracto que proviene de la raíz, ya que es la única zona de la planta que contiene el principio activo. Generalmente la valeriana se vende en grandes superficies, pero estos preparados están hechos con mezclas de  diferentes partes de la planta, como tallo, hojas o flor.

Por otra parte, la alcachofa es una planta medicinal que se caracteriza por tener acción protectora del hígado (hepatoprotectora) y reductora del colesterol (hipolipemiante), pero los principios activos que tiene la alcachofa, encargados de realizar estas acciones, solo se encuentran en las hojas.

Para concluir y como resumen: es muy importante tener en cuenta que cualquier producto aunque sea natural, puede producir interacción con medicamentos o causar efectos perjudiciales. Es necesario conocer qué partes de las plantas son las que contienen el principio activo, para así poder comprar con buen criterio aquellos preparados que realmente tengan efecto terapéutico.

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